Muy buenas.
¿Por donde puedo empezar?
El pasado 20 de abril, me marché a realizar, el que ha sido mi viaje más largo, y al lugar más lejano, de toda mi vida: Egipto.
Tuve esta increíble oportunidad gracias al festival internacional de cine de Ismailia, que me invitó a mí, como al resto de directores seleccionados, al susodicho festival, y a disfrutar unos días en sus tierras.
El festival, fue acogedor, familiar, amable, y claro está, estuvo lleno de grandes efectos políticos y publicitarios, como sucede en estos grandes acontecimientos, con conciertos, galas, cenas, y diversos eventos.
Pero igual que estoy tremendamente agradecido al festival por su invitación y todo los eventos que allí dieron lugar; estoy aún más agradecido, a su personal, amable y maravilloso, que espero algún día poder volver a ver. Me llevo una más que grata alegría de haber estado allí, sobre todo por sus gente. Todos los egipcios y egipcias, son tan respetuosos, amables, y educados, que los llevaré conmigo para siempre.
Y junto con este buen montón de gente, me llevaré en mi corazón a grandes nuevos amigos y amigas de todo el mundo, que he conocido y a los que el cariño me ha unido. No por un vicio común, cómo es el cine, si no por divertidos y buenos momentos, que han hecho que no fuésemos solo directores en un festival, sino niños jugando en el autobús, o en cualquier lugar, y es que así me sentí, como un niño disfrutando, con amigos jugando, y sin más preocupación.
Pero, no puedo obviar, la oportunidad que nos dieron de visitar el mercado de El Cairo, las pirámides y la Esfinge. Son increíbles. La historia que conllevan no tienen sombra. Pudimos visitar también el nuevo canal de Suez. Una obra increíble, realizada en tan solo un año. Los egipcios demuestran su fuerza y su capacidad. Son un pueblo orgulloso. Ha sido un placer haberlos podido conocer.
No me quiero enrollar más, aunque tendría tanto que contar...
Gracias por esta oportunidad.
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